domingo, 20 de agosto de 2017

Te recomiendo un libro: especial nostalgia #2

¡Feliz día del niño para todos los niños! Para los que todavía son chicos y para todos los que guardamos al niño que fuimos por el resto de nuestras vidas. Dado que hoy es un día de festejo muy especial para los más chiquitos de casa, vengo a recomendar un libro que es ideal para los niños que casi casi son adolescentes: Los Cazaventura y el camino perdido de los Andes el primero de la saga de Los Cazaventura.

Autora: Helen Velando (1961, Montevideo, Uruguay) en Facebook: Helen Velando.
Primera Edición: 2003, Alfaguara Infantil.
Edad recomendada: A partir de 10 años.
Edad en que lo leí: 11 o 12 años.
Páginas: 372
Sinopsis: Un paquete misterioso es dejado en la puerta de los Cazaventura y, a partir de ese momento, comienzan a vivir una historia que los llevará desde la apacible Villa Serrana hasta la imponente y fascinante Cordillera de los Andes.
Isabel y Rolando, Martín, Julieta y el tío Benjamín recorrerán varios países; conocerán distintas realidades geográficas y culturales que permanecen como si el tiempo no hubiera transcurrido; a cada paso, su ingenio y entereza serán puestos a prueba, y experimentarán la maravilla de adentrarse en un mundo en el cual se aúnan la historia y la leyenda, la realidad y la magia.



Conocí este libro de la forma que se solían conocer los libros en aquella época, especialmente para una persona tímida e introvertida como yo (a quien incluso preguntar por un libro le causaba [cofcofcausacofcof] ansiedad y extrema vergüenza), a través de ir a una librería y mirar título por título hasta que algo te llamara la atención y convencieras a tus padres de que por favor te lo compraran. Tengo el vago recuerdo de que fue en un Mosca en el Montevideo Shopping y que mis padres me habían dado permiso para elegir un libro. En aquella época ya había leído los primero cuatro libros de Harry Potter y probablemente también El Señor de los Anillos, por lo que estaba muy orgullosa de mi recientemente adquirida habilidad de leer libros enormes y Helen Velando salió al ataque con un libro poderoso: era grande y era de una autora uruguaya.

Recuerdo haberlo leído en un par de noches. Me gustaba mucho leer de noche, me sigue gustando, pero en aquel entonces era un placer maravilloso, casi una picardía. Fue un libro que me maravilló, que me permitió vivir aventuras cerca y lejos de casa, con personajes que claramente eran parecidos a gente que veía todos los días y a la vez llenos de la magia infantil que uno no quiere perder nunca. Helen Velando es realmente una genia en lo que se refiere a creación de ambientes, te sentías estar en cada uno de los pueblos y ciudades de los que escribía; podías sentir el viento de la carretera, el olor de los campos y montañas, lo intrincado de los ríos de agua y de gente. Me resultó una prosa maravillosa y cuando pensé en escribir sobre libros nostalgiosos de inmediato pensé en Los Cazaventura. Me debo leer los últimos dos libros de la saga y El diario olvidado de un Cazaventura, y y es algo que planeo hacer pronto.

Si necesitan un poco de aventura (o mucha aventura a decir verdad), de la mano de una autora nacional excelente, con personajes cotidianos uruguayos que recorren toda América Latina, no se pierdan la saga de Los Cazaventura. No van a arrepentirse, son libros atrapantes, de los cuales además se puede aprender muchísimo, tanto en conocimiento general, como lector e incluso como escritor (considero a estos libros grandes maestros de la narración, especialmente para literatura juvenil pre-adolescente).

Tampoco hay que olvidar que esta saga hace un hincapié maravilloso en la importancia de la familia y los vínculos familiares: madre-hija, hermana-hermano, hijo-padre, padre-hija, madre-hijo, tío-sobrinos; y esto no es un detalle menor, ya que muchas veces en la literatura (especialmente la juvenil) se tiende a hacer énfasis en el personaje principal adolescente, olvidando por completo los vínculos familiares (muchas veces creando protagonistas con múltiples vínculos rotos, que solo se relacionan con amistades o amores [y estos a su vez muchas veces también son vínculos rotos, o en pedacitos]). Este libro demuestra que es perfectamente posible escribir literatura juvenil moderna desde un conjunto de personajes (muchos de ellos adultos) y que esto no afecta en lo más mínimo el disfrute del adolescente que lo lee.

Hoy, día del niño, los invito a todos a abrir sus mentes a otros tipos de literaturas juveniles. Los invito a viajar por Latinoamérica y a conocer a una familia un poco loca, pero bien nuestra; los invito con mucho orgullo a recibir a la familia Cazaventura en sus bibliotecas y en sus corazones.


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