miércoles, 2 de julio de 2014

La historia de un concurso que casi no sucedió... (pero sucedió y lo cambió todo)

 Desde que gané una mención en el primer concurso que participé, allá por el 2003, descubrí que la escritura era algo en lo que podía ser buena y que realmente disfrutaba creando mundos, personajes y situaciones no solo para mí misma sino también para otras personas. De cierta forma, escribir es para mí como un escape a mi realidad, no solo por las razones que todos conocemos, sino porque al escribir puedo hablarle a cualquier persona de casi cualquier cosa, sin que mi personalidad introvertida y mi característica timidez lo impida. Puedo llegar a cualquiera, algo que no podría hacer con mi propia voz.

Y así cómo desde mis escasos once años he escrito por mi cuenta, sin que me lo pidiera una maestra o profesor, también he participado de muchos concursos. Sin embargo, la «suerte del principiante» no me sonrió nuevamente, lo cual es bastante entendible, pues alguien solo puede hacer algo por primera vez una vez. Visto en retrospectiva, más que mis cuentos, el problema era los concursos que elegía; ningún concurso que encontraba tenía un tema en el que yo quisiera escribir y la mayoría de ellos tenían una amplitud exagerada (llegué a entrar en un concurso donde los límites de edad estipulados eran desde doce años en adelante, algo completamente descabellado, pues es bastante absurdo creer que un niño de doce años puede competir contra gente de cuarenta, cincuenta u ochenta años). Por lo que es claro que la mayoría de mis cuentos estaban escritos sin mucha gracia, pues no me interesaban los temas, y por supuesto, competían contra personas que tenían una mayor experiencia que la mía. Sin embargo, seguí haciéndolo, al menos durante los primeros cinco años de mi carrera práctica (llamaré así a los primeros años de experimentación, donde aprendí a escribir por mí misma y a ver qué era lo que funcionaba para mí de la escritura). 

martes, 1 de julio de 2014

¡Bienvenidos a mi blog oficial!

¡Buenos días a todos!, o tardes, o noches, o simplemente ¡buenas!, así me aseguro de saber que todos quedan saludados, sin importar la hora del día. ¡Bienvenidos a mi nuevo blog!, mi blog oficial.

Como muchos saben, bueno, quizás no, tengo otros dos blogs, aunque el primero lleva inactivo por un tiempo prolongado (debido a que no tengo mucho más que decir), y el segundo también ha sido bastante abandonado debido al trabajo que implica la universidad y la vida en general. No he tenido mucho espacio libre o inspiración para dedicarme a esos blogs, mejor dicho, al segundo blog, ya que el primero quedó detenido por razones que van más allá de mis fuerzas.