jueves, 12 de octubre de 2017

Detectives en el Parque Rodó - Reseña #HelenThursday

¡Hola a todos! ¿Cómo han estado? Hoy les vengo con una reseña. Sí, escucharon bien, ¡una reseña! Es que hoy vengo con una propuesta que empezó con dos reseñas de Sofi del blog Erial y Ana Claudia del blog El Refugio del Dragón de Tierra, en aquel momento ellas e dedicaron su espacio las últimas dos novelas de nuestra querida autora uruguaya, Helen Velando: La isla de los vientos prohibidos y La trapecista solitaria, le llamaron #HelenThursday y de este modo inauguraron un espacio para apoyar y expandir la literatura de esta escritora que para nosotros los uruguayos es sinónimo de nuestra infancia y de buena literatura.

Hace tan solo una semana se entregó uno de los premios literarios más importantes del país, el Bartolomé Hidalgo, y Helen Velando ganó en categoría literatura infantil y juvenil con su trapecista solitaria y hace una semana, Sofi y Ana volvieron y reseñaron el libro que la otra había leído la primera vez. Ese jueves también marcó el inicio de la expansión del #HelenThursday a otros tres canales: Zesu del canal Adictaaa en Youtube, Stephi del blog Al filo de las hojas y quien les escribe.

Sofi, Ana, Zesu y Stephi les van a presentar dos libros que marcan la madurez y evolución de una maravillosa escritora, pero yo hoy les traigo uno de los primero libros de Helen Velando, un clásico de clásicos de nuestra literatura infantil: Detectives en el Parque Rodó.

Datos de mi edición

Sello editorial: Alfaguara Infantil
Fecha de publicación: 1999
Páginas: 147
Sinopsis: Gastón, Santiago y Pancho disfrutan de las últimas semanas de vacaciones. De pronto algo misterioso sucede: don Anselmo, un viejo pescador que vive cerca del muelle, desaparece. Los tres amigos no tendrán más remedio que transformarse en improvisados detectives para solucionar el misterio de esa desaparición. Verónica, Florencia y Sofía son tres amigas que los seguirán muy de cerca, para enterarse de lo que está ocurriendo. Y sin querer se verán envueltas en una increíble aventura.






Detectives en el Parque Rodó es una de las obras cimiento de Helen Velando, fue su tercer libro publicado y el primero para niños mayores de diez años. Como tal, tiene algunos detalles que como lectora de ocho o nueve años que fui al leerlo por primera vez no recordaba, pero que siendo mayor y habiendo estudiado literatura me suenan bastante fuerte. Sin embargo puedo decir que, a pesar de ser su primera novela, ya se notan todas las virtudes que Helen tiene como narradora.

Leer este libro fue como meterse en una cápsula del tiempo. Fue como volver no solo al momento en que lo leí por primera vez, sino también a mi época escolar en sus últimos años, a los momentos de cambio de la pubertad, a los juegos de niños que teníamos, a cosas maravillosas que viví, pero también a cosas malas que sufría.

La historia se desarrolla de forma dividida en dos perspectivas: la de los tres niños, con mayor focalización en Gastón; y la de las tres niñas, con mayor fuerza en la perspectiva de Verónica (la niña nueva en el barrio). Como escritora debo decir que esta no es una tarea fácil, tener seis personajes en la línea de fuego, con seis personalidades distintas que deben transpirar la historia y con seis motivaciones distintas que deben crear seis personalidades distintas, es muy fácil cometer errores. Encontramos algunos errores menores en este sentido, vemos que los chicos toman más importancia en la narración que las chicas, y es mucho más fácil distinguir a Pancho de Santiago y a Santiago de Gastón que hacerlo con las chicas; si bien Verónica es un personaje bien marcado, Florencia y Sofía son bastante intercambiables y es fácil confundirse con ellas.

Con respecto a el resto de la historia, me veo obligada a reseñarla desde dos perspectivas distintas para ser completamente justa con ella. La primera perspectiva es la de 1999, de la infancia que yo viví y de la adolescencia que recuerdo de mis primos, que eran ocho años mayores que yo. Puedo decir que esta novela transpira 1999. Cada palabra me recuerda a ello, me recuerda a mis tardes jugando en la calle con amigas (en sus casas, porque en mi barrio no había niños y tampoco nada que hacer), de los líos que se armaban, que yo nunca entendía mucho, pero que vivía con mucha fuerza de todas formas. Me recuerda la atmósfera de libertad y de seguridad que nosotros sentíamos (de ninguna forma clamo que fuera más seguro entonces, solo que a nosotros los adultos nos hacían sentir que todo era seguro, lo cual, en perspectiva, me resulta bastante inocente de su parte). Las palabras que los chicos utilizan me resultan muy acertadas (no en su totalidad, pues hay algunas que no reconozco dentro de la jerga de la época) y me dan esa sensación de los noventa (para bien y para mal).

La historia está muy bien armada. Una de las cosas que más me gustó de volver a este libro antiguo fue la posibilidad de confirmar o refutar esa sensación que me había quedado de que estos libros eran muy cuidados y debo decir que tenía razón... bueno, casi, hacia el final el libro comienza a tener algunos problemas de edición, pero son tan mínimos que estoy seguro que cualquiera que tenga de la segunda edición en adelante, ya no tiene esos problemas.

Es una novela que se lee rápido, que está llena de infancia para aquellos que nacimos en los noventa y en los ochenta, y que sin duda merece ser releída aunque más no sea para recordar (del latín recordari que significa volver a pasar por el corazón).

La segunda perspectiva con la que lo veré es desde el 2017. Me temo que en este sentido el libro no ha envejecido muy bien. Hay muchas situaciones que yo recuerdo haber vivido y que eran tomada como normales (sin importar si lastimaban o no a alguien) y que son fielmente reflejadas en este libro, eso es a la vez algo bueno (pues demuestra la capacidad de la escritora de reflejar la realidad) y algo malo, ya que al no estar tan separado en el tiempo como para que las palabras no afecten a una nueva generación se vuelve un arma de doble filo. Respecto a esto debo plantear dos de los más grandes problemas: uno de ellos es la posibilidad y miedo (que luego es reforzado por la amenaza real) que tienen las niñas de que los chicos les peguen como venganza a una pequeña broma que le jugaron; la segunda de cierta forma está conectada dentro de la trama y es la utilización de una niña, que siempre aparece mencionada y nunca en escena, como chiste debido a su peso, haciendo referencia a que es gorda o simplemente llamándola Carola, la gordita cacerola, como si fuera su nombre (a tal punto que llega a ser el título de uno de los capítulos).

No puedo evitar que eso me afecte, ya que pasé toda mi infancia con sobrepeso, siendo insultada con nombres de animales o con comparaciones crueles. Sin dudas es algo que refleja la mentalidad infantil, pero no creo que sea justo convertir a un personaje que es humillado en una carta del juego en lugar de una persona con la misma profundidad que los que no tienen sobrepeso; y marcar así la diferencia que los niños ya sienten entre los normales, que merecen ser personajes de historias, y los gordos, que solo somos chistes.

Sin embargo, debo agregar, que esto es una excepción en la literatura de Helen Velando. De hecho, tiendo a asociar a Velando con inclusión y con inocencia de la buena; con personajes profundos, variopintos y bien armados. 
Aquellos que leyeron mi recomendación del día del niño sobre los Cazaventura saben que esta es una autora que adoro y simplemente creo que Detectives en el Parque Rodó tiene errores entendibles por ser su primera novela y algunos puntos discutibles, en término de valores que transmiten, que más que nada se ven afectados por el hecho indiscutible de que en casi veinte años hemos avanzado mucho como sociedad para crear un espacio donde hay menos odio, menos diferencias y más aceptación. Saber esto hace que leer este libro me haga feliz, pues sé que ese es un mundo en el que no crecerán mis sobrinos ni mis hijos; y aunque siempre habrá niños que se porten mal y digan cosas crueles, la sociedad en la que vivimos no lo avalará y se encargará de educarlos en un ambiente más abierto aún que el que nosotros tuvimos.

Y con esto me despido de mi primer #HelenThursday, prometiéndoles que la próxima traeré una reseña mejor, con un libro más maduro de esta escritora que no puedo dejar de recomendar a todos.

Abajo les dejo links a todas las reseñas que hemos hecho, ¡no se olviden de pasar por todas ellas!

Reseña de La isla de los vientos prohibidos de Sofi - Erial

Reseña de La trapecista solitaria de Sofi - Erial

Reseña de La trapecista solitaria de Ana Claudia - El Refugio del Dragón de Tierra



Reseña de Zesu - Adictaaa





P. D: Y si notan la longitud que tiene este post entenderán por qué normalmente hago recomendaciones y no reseñas (créanme que sigo sintiendo que le falta mucho para ser una reseña buena, pero debía terminar de escribir en algún momento).



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