lunes, 6 de febrero de 2017

El viaje de escribir una novela I

¡Buenas a todos! ¿Cómo han estado? En esta entrada quiero empezar con una nueva serie de contenido para el blog. Mi intención es mostrar mi viaje personal con la escritura a través de distintas instancias del trabajo que conlleva escribir una novela y eventualmente publicarla.

En estas primeras entregas de El viaje de escribir una novela les contaré sobre el esfuerzo de crear y editar Sandwitch, mi nueva novela, la cual acabo de entregar finalmente el día de hoy (6 de febrero).

Al principio de toda novela hay una idea. En mi caso esa idea llegó en diciembre del 2015, no era algo preciso en lo absoluto, solo una vaga sensación de que quería escribir una historia humorística con magia en Uruguay.

El proceso de creación me estaba resultando difícil por métodos electrónicos así que decidí que, dado que ese fin de año lo iba a pasar fuera de casa de todas formas, me compraría un cuaderno (de esos normales y corrientes que se usan en la escuela) y comenzaría a bocetar el primer esqueleto del libro.


Y así lo hice. El primer esqueleto lo esquematicé los primero días del 2016 y no se parece en nada a la novela que, con mucha suerte, podrán leer en los próximos meses. Pero de todas formas considero que este es un paso importante para mí a la hora de crear, necesito generar esa suerte de línea temporal para luego tomar decisiones importantes cuando esté escribiendo.

Lo segundo que tocaba hacer era crear a los personajes. No siempre sé todos los personajes que van a haber, de hecho, si han estado siguiéndome por un tiempo, sabrán que en una de mis novelas (Vampyra, autopublicada en el 2013) faltaban personajes vitales para la trama en el primer esqueleto.

En este caso sabía más o menos qué necesitaba, sabía que iba a jugar con la idea de una generación de jóvenes brujos, así que necesitaba crearlos. El personaje principal sería femenino, su historia fue la primera en llegar a mí y me la imaginé como una pequeña niña de nueve años que de pronto descubre que es bruja (esto puede ser considerado como un avance y un extra de Sandwitch porque de hecho nunca llegué a incluir lo que escribí de esta escena en particular).

Siempre genero una suerte de ficha. No es algo para nada formal, aunque admito que me sería de gran ayuda si pudiera rectificar el caos que genero con mis personajes. Me gusta delinearlos físicamente, no soy muy afín de delinearlos psicológicamente porque para mí la psicología del personaje es la parte que uno descubre al escribir y es lo que más me gusta de hacerlo.

Lo siguiente fue empezar a escribir, la parte más difícil de todo el asunto. Enfrentarse a la hoja en blanco después de estar dándole tantas vueltas. A veces me gusta crear escaletas para cada capítulo, pero no fue así para el primero. Lo sentía aflorando en mis dedos y era necesario que lo escribiera así, saliendo del alma y no tanto de la mente. Fue el primer y el último capítulo que salió con tanta facilidad.

En ese entonces había escrito un prólogo que no me terminaba de convencer y fue así como decidí escribir uno nuevo que estuviera más apegado al tono de la historia. No fue el último que escribiría.

Desarrollé y escribí el primer manuscrito de la novela en los siguientes siete meses. No fue una experiencia fluida, el 2016 estuvo lleno de problemas personales y muchas veces pasaba meses sin escribir. Iba realmente a paso de tortuga y francamente parecía como si nunca fuera a terminar.

Definitivamente fue una de las experiencias más cuesta arriba que he tenido. Pero finalmente el 18 de julio del 2016 terminé con el primer manuscrito y procedí a corregirlo y enviarlo a la editorial para su revisión.

Aquí termina la primera entrega de El viaje de escribir una novela. Me pareció que era bueno mantenerlas de una extensión bastante razonable para no aburrirlos con pequeños detalles, pero sin duda me encantaría recibir sus preguntas y recogerlas para otra entrega.

¡Que tengan una hermosa semana!

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